Vivimos en una era digital que ofrece innumerables beneficios, pero también plantea desafíos significativos, especialmente para la salud mental de los jóvenes. Más allá de las adicciones tradicionales, como el alcohol y las drogas, surgen nuevas amenazas que requieren nuestra atención y comprensión. En este artículo, exploraremos algunas de estas nuevas adicciones y los riesgos asociados, con el objetivo de concientizar y ofrecer orientación a aquellos que puedan estar lidiando con estos problemas.
Ciberadicciones:
El avance tecnológico ha dado lugar a nuevas formas de adicción, especialmente en el ámbito digital. La adicción a los videojuegos, las redes sociales y el uso excesivo de dispositivos electrónicos se han convertido en problemas significativos que afectan a la juventud. Muchos jóvenes se encuentran atrapados en un ciclo de pantalla interminable, lo que puede tener un impacto negativo en su bienestar emocional y social.
Esta preocupante tendencia ha sido objeto de estudio, y expertos como Griffiths, Kuss y King (2012) han explorado en profundidad la adicción a los videojuegos. Asimismo, investigaciones de Primack et al. (2017) han revelado la conexión entre el uso intensivo de redes sociales y la percepción de aislamiento social.
Adicción a la Validación Social:
Con la proliferación de las redes sociales, ha surgido una nueva forma de adicción relacionada con la validación social. La búsqueda constante de aprobación a través de likes y comentarios puede tener un impacto perjudicial en la autoestima y la percepción de uno mismo. Es esencial recordar que la verdadera valía no proviene de la aceptación en línea, sino de la aceptación personal.
Investigaciones de Fardouly, Diedrichs, Vartanian y Halliwell (2015) han explorado cómo las comparaciones sociales en las redes sociales afectan la imagen corporal de las jóvenes. Además, Perloff (2014) ha examinado los efectos de las redes sociales en la preocupación por la imagen corporal en mujeres jóvenes.
Adicción a la Información:
La sobreexposición a la información se ha convertido en una adicción poco reconocida pero perjudicial. El constante deseo de estar informado puede llevar al agotamiento mental y emocional. Es fundamental encontrar un equilibrio saludable entre estar informado y cuidar de nuestra salud mental.
Las investigaciones de Rosen et al. (2013) han explorado la conexión entre el uso de la tecnología y los síntomas clínicos de trastornos psiquiátricos. Además, Junco (2012) ha examinado la relación entre el uso de Facebook y el rendimiento académico en los jóvenes.
Es fundamental abordar estas nuevas adicciones para garantizar la salud mental y el bienestar de la juventud. La conciencia y la educación son herramientas poderosas para enfrentar estos desafíos emergentes. Animamos a los jóvenes a buscar ayuda si sienten que están lidiando con alguna forma de adicción y a todos a fomentar un entorno de apoyo y comprensión.
Bibliografía:
- Griffiths, M. D., Kuss, D. J., & King, D. L. (2012). Video gameaddiction: Past, present and future. CurrentPsychiatryReviews, 8(4), 308-318.
- Primack, B. A., Shensa, A., Sidani, J. E., Whaite, E. O., Lin, L. Y., Colditz, J. B., … & Miller, E. (2017). Social media use and perceived social isolationamongyoungadults in the US. American Journalof Preventive Medicine, 53(1), 1-8.
- Fardouly, J., Diedrichs, P. C., Vartanian, L. R., & Halliwell, E. (2015). Social comparisonson social media: theimpactof Facebook onyoungwomen’sbodyimageconcerns and mood. BodyImage, 13, 38-45.
- Perloff, R. M. (2014). Social media effectsonyoungwomen’sbodyimageconcerns: Theoreticalperspectives and an agendaforresearch. Sex Roles, 71(11-12), 363-377.
- Rosen, L. D., Whaling, K., Rab, S., Carrier, L. M., &Cheever, N. A. (2013). Is Facebook creating “iDisorders”? Thelinkbetweenclinicalsymptomsofpsychiatricdisorders and technology use, attitudes and anxiety. Computers in Human Behavior, 29(3), 1243-1254.
- Junco, R. (2012). Toomuchface and notenoughbooks: Therelationshipbetweenmultipleindicesof Facebook use and academic performance. Computers in Human Behavior, 28(1), 187-198.