Dar información a la población general, y apoyo multidisciplinar a aquellas personas víctimas de la estigmatización social, y a sus familias.

Afortunadamente la situación ha cambiado mucho desde que comenzamos esta andadura, en aquellos momentos un diagnóstico de VIH suponía asumir toda una larga lista de prejuicios sobre la enfermedad que determinaba completamente la vida de la persona.

El estigma ha ido evolucionando a largo del tiempo, y actualmente está basado en el desconocimiento y la falta de información, además de creencias inadecuadas, perpetuadas en el tiempo, que llevan a la población a tener temor a relacionarse con personas afectadas de VIH. Todo ello, lleva a juzgarles negativamente repercutiendo gravemente en su salud física y psicológica.

Creemos en la educación de las personas para aumentar los conocimientos relacionados con su enfermedad, para que puedan responsabilizarse de su autocuidado y del de los demás. Mediante la capacitación de las personas se logra una mayor adherencia a la medicación, un mayor control de la enfermedad y una mejor calidad de vida.

A su vez, consideramos necesario el apoyo psicológico para ayudar a las personas a adaptarse a la situación, a la vez que cooperamos con aquellos familiares a los que le resulte más difícil la consciencia de la enfermedad.

Nuestro objetivo es aumentar la calidad de vida y la salud, contemplada ésta como su bienestar físico, psíquico y social, tanto del afectado como de su red familiar.

De momento no existe vacuna para esta enfermedad, por lo que la mejor herramienta que seguimos teniendo sigue siendo la prevención, sensibilización y la adherencia al tratamiento, a la vez que eliminamos el estigma y la discriminación de las personas con infección por el VIH. La visibilización de la discriminación que sufren las personas con el VIH es, además de una necesidad, un ejercicio de responsabilidad y compromiso.