NEUROPSICOLOGÍA DE LA ADICCIÓN: ¿POR QUÉ ES TAN DIFÍCIL DEJARLO?

Noa Matías Álvarez

La adicción a las sustancias no es solo un problema de falta de voluntad. En realidad, afecta el cerebro de una manera que hace que dejar de consumir sea muy difícil. La neuropsicología nos ayuda a entender por qué esto sucede, al estudiar los cambios en las partes del cerebro que controlan nuestras decisiones, emociones y autocontrol.

Cuando una persona consume sustancias, su cerebro libera una gran cantidad de dopamina, un neurotransmisor asociado al placer, activando de manera intensa el sistema de recompensa, cuya función natural es motivarnos a repetir actividades placenteras como  puede ser comer o socializar; sin embargo, el uso continuado de sustancias genera una adaptación cerebral que reduce la respuesta a otros estímulos cotidianos, haciendo que la persona dependa de las diferentes sustancias o acciones, para experimentar placer, un fenómeno conocido como la Hijacking Hypothesis, en el cual el sistema de recompensa es ‘secuestrado’, alterando la plasticidad cerebral y debilitando el control inhibitorio. Esto conduce a una búsqueda compulsiva de la sustancia a pesar de sus consecuencias negativas.

El consumo de sustancias también afecta a la corteza prefrontal, la parte del cerebro que nos ayuda a tomar decisiones y controlar impulsos. Cuando esta región se encuentra afectada, es más difícil resistirse a las ganas de consumir, incluso si la persona sabe que le hace daño. Es por esto que muchas personas recaen en la adicción, a pesar de ser conscientes de  las consecuencias negativas.

A su vez, el cerebro también aprende a asociar ciertos lugares, personas o situaciones con el consumo. Esto significa que, aunque alguien haya dejado de consumir, estar en un entorno relacionado con su adicción puede hacer que vuelva a sentir ganas de consumir.

Aunque las diferentes sustancias modifican el cerebro, la buena noticia es que también puede recuperarse. La neuroplasticidad,es la capacidad del cerebro para adaptarse, permitiendo que con el tiempo y con la ayuda adecuada, las personas mejoren su autocontrol y regulación emocional. Terapias como la cognitivo-conductual y el mindfulness han mostrado ser efectivas para ayudar a las personas en recuperación. La adicción no es simplemente una cuestión de fuerza de voluntad; es el resultado de cambios profundos en el cerebro que afectan la motivación, el placer y el autocontrol. Comprender estos mecanismos desde la neuropsicología nos permite desarrollar estrategias más efectivas y entender mejor al adicto. Si bien la recuperación puede ser un proceso difícil, con el apoyo adecuado, y gracias a la plasticidad cerebral, estas personas pueden recuperar el control sobre sus vidas y superar la adicción.

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